Ginkgo biloba e hipertensión: ¿Qué hay de cierto?

El ginkgo biloba es una de las plantas medicinales más reputadas que existen. De hecho, son muchos los especialistas -y no tanto- que lo recomiendan para su consumo diario. Sus razones son varias: resultaría bueno para la circulación, para la estimulación cerebral, para la memoria y para muchas otras cosas más. Pero uno de los usos que más se le suele dar parece no ser el correcto.

El ginkgo se emplea habitualmente para combatir la hipertensión, ya que muchos creen que por sus propiedades circulatorias y vasodilatadoras favorecería el descenso de la presión arterial. Pero esto parece no ser del todo correcto.

Si bien hay muchos medicamentos que incluyen al ginkgo como una de los componentes para reducir la presión alta, existen actuales estudios que no ratifican dicha cuestión. Según un estudio realizado por la Wake Forest University School of Medicine (Estados Unidos), esta planta no incidiría ni positiva, ni negativamente en lo que concierne estrictamente a presión arterial.

Siguiendo la muestra realizada por el estudio, hecha específicamente en personas de edad avanzada (hombres y mujeres), no hubo cambios en la presión arterial después de los estudios. Este fue realizado entre un 54 por ciento de personas con hipertensión, un 28 por ciento con indicios de un potencial problema y un 18 por ciento no presentaban inconvenientes con dicha cuestión. Como se indicó, luego de la evaluación, tanto los que consumieron un placebo, como los que no lo hicieron, no se registraron cambios significativos.

Por esta razón, se puede hablar de muchas cuestiones favorables en cuanto a las propiedades que presenta el ginkgo biloba, pero no precisamente que sea un interesante remedio contra la hipertensión. Al menos hasta que no se encuentren fundamentos más firmes como para poder decir que es bueno.