Cómo perder la grasa de las piernas

La reducción localizada de grasa en un lugar determinado del cuerpo, haciendo un ejercicio físico, no existe.

Se realizó un estudio (Gwinup G., et al; 1971) con tenistas de alto rendimiento, midiéndoles el perímetro del antebrazo y el pliegue cutáneo del brazo que más utilizaban. La mayor hipertrofia muscular que presentaban en el brazo dominante, no demostró una reducción de las células adiposas con respecto al otro antebrazo.

Otra investigación realizada en 2000 (Nindl, B.C., et al) con 30 jóvenes mujeres que realizaron durante 6 meses un entrenamiento de gran intensidad concentrado en los miembros inferiores volvió a demostrar que el ejercicio localizado no reduce el tejido adiposo en esa zona específica del cuerpo que ha sido sometida a entrenamiento. En efecto, la reducción de grasa a nivel del tronco fue de 12%, en los miembros superiores del 31% mientras que en las extremidades inferiores no se observó reducción alguna.

Por tanto, el programa más adecuado para reducir la grasa en las piernas sigue siendo principalmente seguir una dieta complementada con la actividad física de grandes grupos musculares. El ejercicio es efectivo para disminuir los niveles de grasa si existe un balance calórico. Pero tal reducción no es posible manipularla a favor de determinadas partes del cuerpo.

Si deseas adelgazar las piernas, inexorablemente perderás grasa en abdomen, espalda y brazos, es decir, en todo el cuerpo en general. La importancia de la actividad física es que el ejercicio específico, tonifica, hipertrofia y modela esa zona del cuerpo que trabajas, además de contribuir enormemente en quemar calorías extras. De este modo mejoras el aspecto en general y el tono de base.

Estoy intentando transmitir que la reducción de grasa en las piernas no se soluciona simplemente realizando por ejemplo sentadillas, para luego seguir con hábitos de comida contrarios a la actividad física. Por el contrario, forma parte de un tratamiento integral donde se complementan la actividad física en general, los ejercicios específicos y el seguimiento de una dieta que provoque como mínimo un balance calórico, de modo de desplegar los mecanismos de reducción de grasa en forma efectiva.