Cómo empezar el año en positivo con fibromialgia, con Carmen Minerva
La motivación es esencial para enfrentar la fibromialgia
Carmen Minerva Ramos es una gran comunicadora de lo que es la fibromialgia y de cómo esta puede afectar a las personas. La blogger y educadora esta vez se referirá a un tema muy importante: cómo obtener motivación ante una enfermedad tan complicada como lo es esta.
Carmen Minerva Ramos es una educadora puertorriqueña doctorada en psicología y educación quien padece fibromialgia hace 18 años. Debido a su enfermedad hace seis años se vio obligada a jubilarse y desde entonces plasma sus vivencias con la fibromialgia en su blog. Es un verdadero gusto poder contar con sus palabras, pues siempre tiene algo interesante para decir sobre temas relacionados a este flagelo que afecta a cada vez más gente.
En esta columna, Carmen te va a hablar de una cuestión muy importante: cómo obtener motivación para poder estar mejor. Y cómo tienen que estar presentes tus objetivos dentro de este año. ¡Lee su artículo e inspírate con sus grandiosas palabras!
Reflexiones sobre hábitos para una mejor salud y bienestar, por Carmen Minerva Ramosa
Saludos lectores y lectoras. Ya ha pasado un mes de este año 2016. Seguramente muchos de nosotros hicimos resoluciones que en estos momentos tal vez se quedaron en el camino y no las hemos puesto en práctica. ¡Es que es difícil el cambiar de hábitos! Según una teoría psicológica, para cambiar de hábito hay que poner en práctica la nueva acción que se pretende incorporar a nuestra vida por 21 días consecutivos.
De esta manera nuestra mente y nuestro cuerpo incorporan la nueva acción como parte de una rutina de vida. Hay otras teorías que dicen que deben ser 66 días. Sea cual fuere la cantidad de días, lo que importa es que para incorporar una nueva acción como parte de nuestro estilo de vida, ¡la constancia es esencial!
Cuando somos pacientes de enfermedades crónicas como es mi caso con la fibromialgia, es importante repasar y revisar nuestros hábitos en todas las fases de nuestra vida. Cuando inicia un año nuevo intento hacerme una serie de preguntas tales como: ¿Qué buenos hábitos he adoptado que han aportado beneficios a mi salud y bienestar? ¿Cuál ha sido y cómo ha influido mi mentalidad y actitud de cambio al incorporar mis nuevos hábitos? ¿Qué metas positivas me he planteado en años previos y cuál ha sido el resultado?
Al hacerme estas preguntas puedo identificar mis logros o identificar aquellas metas que se quedaron en el camino y la razón para ello. Muchas veces el motivo para dejar atrás las metas propuestas ha sido mi pereza para obligarme a cambiar de rutina. Es que salirme de la “zona cómoda” me cuesta. ¡Requiere de un esfuerzo consciente y de motivación para lograrlo!
Mi repaso para este 2016
El haber cambiado mi estilo de alimentación me ha ayudado significativamente a sentirme mejor, particularmente cuando de trastornos estomacales o intestinales se refiere. Ya no tengo el vientre inflamado y cuando me salgo de mi dieta de inmediato me percato de la inflamación y puedo identificar la causa. La mayor parte de las veces es por ingerir alimentos ricos en carbohidratos “vacíos” como las harinas. También puedo identificar que cuando me excedo en la cantidad de azúcar refinada que consumo el cansancio crónico se me activa, ¡uffff! Muchas veces se me hace más difícil manejar el cansancio que el dolor que me provoca la fibromialgia.
Necesito identificar una forma eficaz para ir superando mi sedentarismo. Reconozco que me encanta estar la mayor parte del tiempo en mi casa, sentada en el sillón reclinable o acostada viendo la TV o navegando en el internet que haciendo cosas que me obliguen a estar en movimiento. Me justifico diciéndome que es por el cansancio crónico o el dolor pero lo cierto es que cuando he incorporado el movimiento, por ejemplo los ejercicios acuáticos –los que NO he logrado hacer rutinariamente-, me siento mucho mejor. Esta es una de mis metas para este 2016.
Llevo un diario en el que cada mañana anoto cómo me siento y cómo me fue el día anterior –anotando lo que hice y las consecuencias de mis acciones en mi cuerpo-. Al llevar un diario estoy al tanto de mis síntomas y me ha ayudado a identificar patrones, comportamientos y acciones que puedo ajustar, cambiar o eliminar. Por ejemplo, he logrado tomar la menor medicación posible al ir incorporando suplementos naturales que me ayudan a combatir mis síntomas. ¡El año que recién terminó fueron más los días buenos y muchas menos las crisis que tuve que en otros años!
Tengo un cuaderno donde anoto todo lo que recuerdo que me ha ocurrido. Al principio para incorporar el hábito de llevar el diario lo hice por una semana. Anoté a qué hora me levantaba cada día, cómo me sentía de ánimo y físicamente, que síntomas tenía. Anoté lo que comía y cómo me sentía luego de cada comida. Anoté si había una circunstancia o evento particular y cómo influía en mí – ¿me causaba estrés, ansiedad, algún sentimiento en particular como culpa, miedo, alegría?
Al final de la semana, volvía a leer lo que escribía tratando de identificar "patrones", por ejemplo: ¿Me dio más dolor luego de hacer alguna tarea? ¿Amanecí más adolorida a la mañana siguiente de haber tenido mala noche? ¿A qué se debió la mala noche? Luego de comer algún alimento ¿me sentía mejor, peor, me inflamaba? ¡El diario me ayudó mucho! Al repasarlo, pude empezar a identificar lo que me afectaba más; cuándo sentía más o menos dolor; si lo que comía me ayudaba o perjudicaba; si la medicación me ayudaba o no notaba cambios significativos y así sucesivamente. Eventualmente, incorporé el diario a mi rutina y he observado cómo he ido ganando control sobre mi enfermedad.
He logrado mantener una rutina de visitas a mis médicos de forma consistente. De este modo he logrado mantenerme estable evitando crisis severas y cuando las he tenido han durado menos tiempo. Tengo un equipo multidisciplinario de especialistas excelentes en sus campos y que son sensibles a mi condición de fibromialgia.
Mantengo una comunicación abierta y en confianza con ellos pues considero esencial el poder dialogar francamente sobre mis condiciones de salud para recibir el mejor tratamiento médico posible. Les informo de mis decisiones sobre mis cambios por ejemplo en la alimentación y en el querer ingerir la menor cantidad de fármacos que me resulte posible. Siento que respetan y apoyan mis decisiones y por ello colaboran en mi proceso recetándome solo lo que me resulte necesario, ajustando las dosis, identificando medicamentos con la menor cantidad de contraindicaciones posible, etc.
Llegar a constituir este equipo médico me ha tomado tiempo y esfuerzo. En mi equipo se encuentra y encabeza mi lista la neuróloga que logró dar con mi diagnóstico y de forma muy acertada; la reumatóloga, la psiquiatra, el fisiatra, la gastroenteróloga y la quiropráctica. Hay otros especialistas que visito con menos frecuencia y para otras condiciones no relacionadas directamente con la fibromialgia como es el caso de mi ginecólogo, mi dentista y el cardiólogo pues soy hipertensa. Ellos también están enterados de mi condición de fibromialgia y de la forma en que la manejo medicamente.
Por último, he incorporado a mi rutina de vida actividades que mantengan el estrés bajo control. Es esencial aprender a controlar el estrés y la ansiedad cuando se tiene fibromialgia pues ellos “alimentan” nuestros síntomas. Una buena forma de combatir el estrés es practicando yoga, taichí o meditación. Yo practico el Feldenkrais, una disciplina basada en movimientos corporales conscientes y muy suaves para ir ganando plena conciencia de cómo nuestro cuerpo y nuestra mente están vinculados funcionando en armonía. ¡Estoy fascinada con los resultados que observo en mi bienestar!
También he tomado consciencia de lo que llamo “gente tóxica” evitando lo menos posible el relacionarme con este tipo de personas. He ido identificando qué situaciones, personas o eventos me provocan grandes niveles de estrés y trato de minimizar su impacto en mi vida. En ocasiones es inevitable que lleguen eventos que nos lleven al límite como por ejemplo la enfermedad o muerte de un ser querido, las presiones económicas, las presiones en el trabajo, el vecindario o la familia pero el poder reconocerlas a tiempo ayuda a tener a mano estrategias para minimizar de la mejor manera posible su impacto.
He aprendido a NO dejarme llevar por las circunstancias siendo una actriz “pasiva” en el teatro de la vida. He cambiado el rol pasivo para convertirme en “la protagonista” de mi vida. Es decir, he aprendido a “tomar control” de mis respuestas a las circunstancias que me rodean. He aprendido a decir que NO cuando una situación amenaza mi bienestar hablando honestamente sobre mi sentir o mis situaciones de salud y vida para que los demás sepan cómo me encuentro.
NO siempre los demás comprenden pero han aprendido a respetarme y a darme mi espacio cuando necesito distanciarme de personas, situaciones o eventos que puedan hacerme daño. He aprendido a identificar y establecer claramente mis límites lo que ha sido un verdadero y significativo cambio positivo en mi vida.
Les invito a hacerse las mismas preguntas: ¿Qué buenos hábitos has adoptado que han aportado beneficios a tu salud y bienestar? ¿Cuál ha sido y cómo ha influido tu mentalidad y actitud de cambio al incorporar nuevos hábitos? ¿Qué metas positivas te has planteado en años previos y cuál ha sido el resultado? A partir de sus respuestas les invito a identificar metas realistas y alcanzables para este nuevo año que apenas comienza.
¡Abrazos de algodón!
Puedes entrar en contacto y leer mucho más sobre Carmen en su blog (http://fibromialgiablog.blogspot.com) y también a través de su página de Facebook (http://www.facebook.com/fibromialgiablogpr)
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