Disfruta de viajar con una enfermedad crónica como la fibromialgia, por Carmen Ramos
Cómo viajar con una enfermedad crónica
¿Quieres conocer todas las claves necesarias para poder viajar sin problemas aún padeciendo una enfermedad crónica? Carmen Minerva Ramos, nuestra columnista sobre fibromialgia, es una experta viajera que te contará todo al respecto.
- Lo esencial para viajar con fibromialgia
- Trucos para viajar con fibromialgia y que nada falle
- Haz una lista
- Ten en cuenta el clima
- Lleva tu documentación contigo en todo momento
- Lleva siempre tus medicamentos y equipo médico
- Lleva dos tarjetas de crédito y algo de dinero en efectivo
- Administra adecuadamente el dinero en efectivo
- Lleva un registro de gastos durante tu viaje
- Que nunca falten tus imprescindibles
- Otras columnas/entrevistas de Carmen Minerva en Innatia
- ¿Viajas a pesar de tener fibromialgia u otra enfermedad crónica?
¡Nueva columna de nuestra colaboradora habitual en fibromialgia! Carmen Minerva Ramos tiene su blog sobre fibromialgia (http://fibromialgiablog.blogspot.com), donde plasma habitualmente todas sus vivencias de la mano de esta enfermedad. Ella recientemente estuvo de vacaciones y ahora nos cuenta cómo es esto de viajar con una enfermedad crónica a cuestas.
Lo esencial para viajar con fibromialgia
Soy paciente de Fibromialgia. Es una condición de salud limitante debido al dolor y al cansancio crónico que le caracteriza. Siempre he amado viajar. Empecé a hacerlo a mis 20 años y no he parado. A mis 38 años me diagnosticaron Fibromialgia (FM). Fue un reto el poder seguir disfrutando del placer de viajar pero me las he ingeniado como mejor he podido y para continuar haciéndolo.
Cualquier momento del año es bueno para viajar –sea con la familia, con amistades o sola–. Cuando se tiene un problema de salud que condiciona nuestra vida y nos surge la oportunidad de viajar nos cruza por la cabeza el temor a cómo va a responder nuestro cuerpo a las condiciones que requiere nuestro viaje. Por ello es fundamental el que nos preparemos adecuadamente al momento de hacer turismo para que nuestra salud no nos amargue nuestras vacaciones.
Imagina que en personas que están en un estado de salud totalmente favorable, una mala organización de su viaje puede terminar provocando un fuerte estrés sobre ellos, qué será en nuestro caso. Así es que ¡toma nota! Estas son sugerencias generales. Recuerda que la fibromialgia o cualquier enfermedad crónica pueden afectar de forma diferente a cada paciente y hay gente con más necesidades que otros. Usa estas ideas como referente para que te puedas preparar adecuadamente para tu viaje según sea tu condición particular de salud.
Sobre tu destino y tus actividades:
Planifica y conoce bien la zona donde te piensas mover
Ten en cuenta el terreno al que viajas. Si tu situación de salud te limita el subir escaleras o caminar por zonas muy empinadas, empedradas o inestables verifica donde queda el hotel, cuánto debes desplazarte para ir de un sitio a otro y con qué condición climática te vas a topar. Tal vez debas hacer ajustes de fecha para ir cuando haga mejor tiempo o buscar un hotel que no te requiera hacer mucho esfuerzo para llegar hasta él. Hay destinos que pueden ser mejores que otros dependiendo de tu situación personal.
Si tienes problemas de movilidad evita lugares que tengas que caminar excesivamente. Si sufres de vértigos evita lugares muy altos. Solo tú conoces lo que te afecta más. Tenlo en cuenta cuando planifiques tu viaje aunque no te prives de disfrutar de tu viaje por tus limitaciones. Intenta hacer los ajustes pertinentes. Cuando visité Teotihuacán –donde se encuentran las pirámides del sol y la luna– en México, fui poco a poco subiendo las empinadas y estrechas escaleras que las distinguen y aunque no llegué al tope pude disfrutar de las vistas de esa bella ciudad prehispánica.
Sé prudente
Planifica las actividades que deseas realizar teniendo presente lo que tu cuerpo te permite hacer. Tal vez te encantaría hacer un recorrido bordeando el lago de la ciudad que vas a visitar o montar a caballo para pasear por la playa pero si estas actividades no forman parte de tu rutina de vida tampoco debes incluirlas en tus vacaciones. A mí me ha pasado que con el entusiasmo de hacer cosas distintas, paso por alto lo que mi cuerpo puede o no hacer. He caído en la trampa del entusiasmo y luego me arrepiento porque apenas puedo cumplir con las exigencias físicas que la actividad requiere frustrándome al perder mi tiempo, el esfuerzo y el dinero invertido.
Deja espacios de descanso
Cógelo con calma. No intentes abarcar demasiado para que luego termines agobiada. En este caso aplica el dicho que dice “menos es más”. Si es un viaje corto resulta preferible visitar una ciudad con calma, a tu ritmo y disfrutando de todo lo que puede ofrecerte en lugar de pretender conocer un país completo en corto tiempo. Si es un viaje por vacaciones, una de las actividades que no puede faltar es el descanso. Inclúyelo en tu itinerario. En mi caso, si viajo por una semana a alguna ciudad de mi interés intercalo días de recorridos con los días de descanso. Puedo planificar un día de excursión o recorrido por la ciudad y al otro me quedo en el hotel descansando y disfrutando de lo que me ofrece: piscina, jardines, vistas, gastronomía.
Reserva las actividades que programes con opción a cambio
Trata de mantener un itinerario flexible para que puedas realizar las actividades de acuerdo a tus fuerzas. Nuestro cuerpo es impredecible. Hay días que amanecemos muy bien, otros que no. Por ello se hace difícil saber si lo que hemos planificado con anticipación lo podremos realizar. En muchos lugares se consiguen actividades que pueden realizarse sin tener que hacer reservas previas, sólo basta con presentarse al lugar. Hay otros que te permiten hacer cambios en la fecha que has seleccionado o incluso cancelar sin costo adicional.
Lee bien las políticas de cambios y cancelaciones de aquellas actividades que deseas reservar para que puedas fluir de acuerdo con tus niveles de fuerza y energía. Una opción que a mí me resulta buena es reservar para los primeros días de mi estancia aquellas actividades que pueden requerir un mayor nivel de esfuerzo de mi parte al realizarlas. Así, luego puedo tomarme un par de días para descansar y recuperarme. En cada viaje que realizo –y dependiendo de su duración– intento que las actividades que me requieren un mayor esfuerzo sean limitadas.
Compra un seguro de viajes
Hay una gama de seguros de viajes y precios. Al momento de comprar tu seguro verifica cuál es su cubierta. Obtén uno que provea atención médica en caso de una emergencia, así como traslados y estancia para un cuidador en caso de que la emergencia lo requiera. Además de que te cubra el extravío o pérdida de maletas, tu seguro debe contemplar las emergencias o desgracias y los gastos que puedes incurrir si sucediese. Si viajas frecuentemente hay seguros que te cubren por el año más allá de limitarse sólo a la fecha y destino de tu viaje. Oriéntate y compra el seguro que responda mejor a tu necesidad y de acuerdo con tu presupuesto. Lleva contigo la información de tu seguro y ten a la mano el número de contacto del servicio médico al que debes llamar en caso de una emergencia.
Trucos para viajar con fibromialgia y que nada falle
Haz una lista
Lo fundamental es que tu lista te ayude a preparar tu equipaje para ese viaje soñado minimizando el que se te quede alguna pieza importante y necesaria al viajar. Para preparar tu lista puedes revisar distintos modelos y su contenido e ir seleccionando aquellas cosas que te sean útiles. Puedes ir añadiendo o eliminando tareas o cosas para que la personalices de acuerdo al destino que visitarás, el clima o época del año en que viajas y el tiempo que permanecerás en el lugar.
Yo tengo listas diversas que utilizo de acuerdo al destino, época y duración de mi estancia. Empecé con una que encontré por internet y que luego fui adaptando. Hay unas cosas que son básicas en mis listas y que van a aparecer en todas las que tengo en mi computadora –guardada en mi carpeta dedicada a “viajes” – y que imprimo cuando las necesito: documentos de viaje, medicamentos, artículos de higiene personal, etc. La lista de verano incluye artículos necesarios para la playa o la piscina. La de invierno se enfoca en el tipo de vestimenta que debo llevar.
Ten en cuenta el clima
Asegúrate de llevar la vestimenta adecuada. Incluye en tu maleta el tipo de ropa que sueles utilizar para la temperatura que vas a encontrar en el destino que vas a visitar. Si vas en tiempo de calor lleva protector solar, sombreros, gafas y medicamentos pertinentes para migrañas o cremas para quemaduras causadas por el sol.
Si es en tiempo de frío no olvides tus gorras, guantes, bufandas, medicamentos para alergia por frío, humectante de labios y medicamentos para resfriados. Es mejor estar prevenidos. Consulta por internet la temperatura que puede estar haciendo en tu destino para las fechas en que irás. Hay aplicaciones que puedes instalar en tu teléfono para que puedas monitorear la temperatura a diario a donde vayas.
Lleva tu documentación contigo en todo momento
Ten a la mano y junto con tus boletos (de avión o tren) tu pasaporte o identificación con foto, tus tarjetas de crédito y tu ID de persona con impedimento. Aunque no vayas a conducir en tu destino, tu ID de persona con impedimento te puede ser útil para conseguir descuentos o utilizar la fila expreso para personas con impedimentos. Si viajas a casa de familiares o amigos y se desplazan en automóvil podrás además utilizar los estacionamientos disponibles para personas con impedimentos al tener a mano tu ID.
Haz dos sets de copias de todos tus documentos, identificaciones y tarjetas de crédito. Un set de copias lo puedes dejar en la caja de seguridad de tu habitación o en un lugar seguro en tu equipaje. En caso de una emergencia o extravío de los originales, las copias pueden serte útiles. El otro set de copias debes dejarlo con una persona de tu plena confianza con la que te puedas comunicar en caso de alguna emergencia. Cuando estés en tus recorridos o excursiones lleva solo las identificaciones, tarjetas de crédito y documentación necesaria dejando lo demás en la caja de seguridad de tu habitación. Cuando una viaja no piensa en situaciones difíciles que puedan surgir como por ejemplo que te roben la cartera o tengas una emergencia. Por eso es mejor prevenir.
Lleva siempre tus medicamentos y equipo médico
Habla con tu médico de cabecera sobre tu viaje para que además de tus medicamentos rutinarios te recete medicamentos que puedan hacerte falta si te surge alguna complicación menor de salud como puede ser una gripe, infección o malestar estomacal. Lleva medicamentos suficientes para tu estancia y añade para un par de días extra. Recuerda que puede haber retrasos o cancelaciones de último minuto donde te veas obligada a permanecer unos días más en tu destino.
Además de tus medicamentos recetados lleva aquellos suplementos que utilices para mantenerte en el mejor estado de salud. Una buena opción es llevar un mini botiquín, donde incluyas pastillas para el dolor de cabeza, estómago y diarrea. Consulta con tu agente de viajes y verifica si la línea aérea o la aduana en el destino al que te diriges tienen controles para medicación, traslado de equipo médico y cuál es la forma más correcta para llevar tus medicinas. Si es un viaje que estas organizando por tu cuenta puedes verificar por internet. Muchas embajadas tienen páginas de internet donde puede aparecer este tipo de información. En caso de dudas, puedes llamar directamente a la línea aérea, embajada o consulado y hacer la consulta.
Lleva dos tarjetas de crédito y algo de dinero en efectivo
En caso de que la tarjeta de crédito que tienes previsto utilizar no funcione en los cajeros o sistemas electrónicos del hotel o lugares que visites, la otra tarjeta o el dinero en efectivo te pueden resolver. Cuando llegues a tu destino busca retirar dinero en efectivo en un cajero así evitas el pago de comisiones en casas de cambio. En los principales aeropuertos consigues cajeros automáticos. Si vas a pagar con tarjeta de crédito utiliza la opción de pagar con moneda local, así evitas cargos por servicio que tu banco te pueda cobrar al momento por cambiar la moneda local a la moneda de tu país. Intenta obtener una tarjeta de crédito que no te cobre por transacciones internacionales.
Administra adecuadamente el dinero en efectivo
Y guárdalo siempre en un lugar seguro. Carga contigo solo el dinero en efectivo que creas que vas a necesitar. No lleves exceso de dinero en efectivo contigo a todas partes. Los locales saben bien quienes somos turistas y en muchas ciudades hay bandas de carteristas que están pendientes de nuestras distracciones para acceder a nuestro dinero.
Lleva un registro de gastos durante tu viaje
Esto es para que puedas mantenerte dentro de tu presupuesto. Intenta pagar todo lo que puedas con tarjeta de crédito es una forma de llevar un registro de gastos y los cargos por servicio al utilizar tu tarjeta pueden ser mínimos cuando tienes la ventaja de saber cuánto vas gastando. Verifica con tu banco el que puedas acceder a tu estado bancario por internet o incluso por tu teléfono celular utilizando la aplicación de tu banco para tu teléfono.
Que nunca falten tus imprescindibles
Tu teléfono móvil o celular, tableta, cámara, cargadores, adaptadores de electricidad y una muda de ropa en tu equipaje de mano, para el caso de que tu equipaje se pierda o llegue con retraso a tu destino. Decide qué equipos electrónicos vas a llevar contigo. Recuerda que esos equipos añaden peso y además requieren que los guardes tomando medidas de seguridad.
Probablemente un imprescindible es tu celular. Mediante el uso de diversas aplicaciones te permitirá mantenerte informada de cambios en temperatura y clima. Te ayudará a tener mapas, rutas y lugares que puedes visitar. Si es de los que sacan fotos con excelente resolución te ahorra el llevar la cámara o la tableta. Recuerda llevar los cargadores de energía para los equipos que escojas llevar. Además, te sugiero llevar una muda de ropa –incluyendo ropa interior –. Puede serte útil en caso de que se retrase tu maleta o por si deseas cambiarte y estar cómoda mientras estás en el avión o tan pronto llegues a tu destino.
¿Qué opinas de ésta lista? ¿Añadirías alguna cosa más? Espero que estas sugerencias te sirvan para empezar a planificar tus próximas vacaciones. ¡Te las mereces!
En el próximo artículo te daré sugerencias para el destino que elijas y el transporte que utilizarás para llegar a él.
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