Hipertensión y sal

La sal en exceso puede provocar desde obesidad hasta hipertensión.

La predilección por los alimentos salados puede ocasionarnos graves problemas de salud para nuestro organismo ya que aumenta la predisposición a la obesidad y a padecer otras enfermedades relacionadas.

Según los expertos existe una predisposición genética al nacer que nos lleva a consumir alimentos salados o dulces. Si manifestamos una mayor predilección por lo salado es posible que se deba a una disfunción importante que se produjo durante el nacimiento. Si tu paladar disfruta más con lo salado, quizá la persona haya nacido con bajos niveles de sodio (sal) en sangre, lo cual podría hacer a la persona más susceptible a consumir alimentos salados y por tanto manifestar una propensión a engordar o aumentar de peso, según un estudio de investigadores israelíes que analizaron a 41 niños prematuros y encontraron que cuanto menor era su nivel de sodio sanguíneo al nacer, mayor era el consumo de ese mismo mineral cuando tenían entre 8 y 15 años de edad.

Según los investigadores, de la Universidad de Haifa, el hallazgo sugiere que los niveles muy bajos de sodio en la sangre de los bebés prematuros y recién nacidos parece ser un factor que contribuye al consumo de sodio a largo plazo, un factor de riesgo clave para la obesidad.

En las pruebas se invitó a los niños participantes a elegir entre alimentos salados y dulces. El estudio demostró que aquellos que habían nacido con niveles de sodio más bajos tomaron el doble de refrigerios salados que los que lo hicieron con un nivel normal de este mineral en su sangre y además se constató que pesaban cerca de un 30 por ciento más que otros niños.