Correr para adelgazar

Correr es una motricidad básica del ser humano, no es necesario que se aprenda, se realiza espontáneamente cuando se ha completado la maduración nerviosa.

Sin embargo, para correr eficientemente, tienes que aprender algunas cuestiones que te posibilitarán entrenar más tiempo, con menos esfuerzo, por tanto, a mayor intensidad o cantidad de trabajo, más calorías quemadas.

• La posición de la cabeza tiene que estar en línea de continuidad con la espalda, no tiene que adelantarse la barbilla ni echar hacia atrás la nuca, porque provoca la tensión parasitaria de los músculos del cuello, aumentando significativamente la fatiga.
• Tienes que tener la sensación de que el centro de la cabeza pende de una cuerda que está atada a un techo.
• Los hombros deben estar relajados, evitando elevarlos y llevarlos hacia las orejas.
• El tronco permanece derecho, pero evitando toda tensión superflua. La espalda recta no significa que se contraiga la musculatura, sino que se trata de buscar la sensación de que se estira luchando contra la gravedad.
• En las carreras aeróbicas, de larga distancia, el apoyo se realiza con toda la planta del pie, pero se debe evitar clavar el talón, ya que provoca un brusco descenso de la velocidad y una fatiga prematura.
• El apoyo del pie lo debes hacer lo más cerca de tu centro de gravedad. Es decir la pisada de cada paso de carrera, no tiene que realizarse lejos del cuerpo, sino lo más debajo del mismo que se pueda. De esta manera se logra una resultante de la fuerza aplicada hacia el frente, dando un desplazamiento fluido, uniforme y veloz con la mínima aplicación de fuerza.

Recuerda que si deseas corregir tu carrera, debes pensar y trabajar un error por vez, así evitas confusiones al querer hacer todo al mismo tiempo.